Argot del yonqui de Nueva York: entrevista con Phillipe Marcade, cinta 1, 22 de abril de 1995, Nueva York

El día que conocí a Sid Vicious sucedió algo muy divertido. Bajaba por la calle 23. Iba a una tienda donde me habían reparado la aspiradora. Pasaba por delante del Chelsea, y Nancy Spungen salió y gritó, "Philippe!".
No la veía desde que se había ido a Inglaterra, varios meses atrás, y le dije, "Eh, tía, ¿cómo te va?".
Y ella dice, "Sid está justo detrás de mí. Tienes que conocerlo".
Así que Sid Vicious sale del Chelsea, ya sabes, con el collar de perro y todo. Nancy dice, "Sid, éste es Phillipe. Es el amigo del que te hablé en Inglaterra".
Nos saludamos, y ella dice, "¿Qué haces?".
"Bueno", le respondo, "voy a buscar algo muy estúpido, la aspiradora". Los ojos de Sid se iluminaron levemente. Se me acerca y dice, "¿Qué vas a buscar?".
"Ya sabes", le digo, "la aspiradora".
Los ojos se le salían de las órbitas, ahora parecía muy interesado. Se me uso delante y dijo, "La aspiradora, claro. ¿Qué es eso?".
Ja, ja, ja, pensaba que debía de ser el argot yonqui de Nueva York. La aspiradora.
Y yo le digo, "Ya sabes, una aspiradora. Un aparato con el que limpias la alfombra. Lo enchufas y hace EEEEHHHH". Y de pronto pensé, por favor, tío, le estoy explicando a Sid Vicious qué es una aspiradora, ja, ja, ja. Y él me mira como diciendo, ¿de qué coño habla este tío? Sí, claro, muy bien, vale.
Ja, ja, ja. Así conocí a Sid vicious.


Por favor, mátame

somewhere between waking and sleeping

Entró en la habitación. Sonaba Air y el aire estaba cargado de humo. Siempre le habia gustado ser el centro de atención, quizas algun trauma de la infancia o sabe Dios qué. Acurrucado en una esquina de la cama clavaba los ojos en aquel cuadro con tristeza, rabia, resignación. Se quedó un segundo más en la puerta, para ver si giraba la cabeza aunque tan solo fuese para odiarlo algo más de lo que ya lo odiaba, pero no se movió. No sabia por qué lo hacia, pero lo hacía. Le llaman chantaje emocional, chantaje emocional?

monotema recurrente

llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve

LLUEVE

Aquí empieza. Aquí termina

Era tarde, casi las 12, pero seguía allí esperando bajo su portal. Le habría quemado el telefonillo de no ser porque su hermano pequeño estaba durmiendo. Cómo era capaz de comportarse así teniendo en cuenta la de veces que le había salvado el culo? Pero si, se la habia colado de nuevo, por enésima vez. Era gilipollas, era tarde, casi las 12, pero seguía allí esperando bajo su portal.