martes, 23 de marzo de 2010

Sábado y Domingo en horizontal


Lo miré a los ojos cinco segundos, preguntándome qué nos habría llevado hasta allí, y él únicamente me sonrió. Estaba tan guapo cuando sonreía. La luz de la oscuridad se mezclaba con su cuerpo mientras yo dibujaba con el dedo líneas mal trazadas sobre su espalda. Dame un beso en la frente y dime que todo irá mal

miércoles, 3 de marzo de 2010

IGGY


Yo aún no era un gran fan de los Doors, porque su visión de la música era muy diferente a la visión que se tenía en Detroit. A los MC5 no les gustaban los Doors. Fred Smith solía decir "Dios, odio a esos maricas".


Pero fui a verles a este gimnasio, y el concierto era como el baile para todos estos estúpidos yanquis y sus chicas. Ellos querían ver al grupo que tocaba "Light My fire".


El grupo salió primero al escenario, sin Morrison, y sonaban de puto culo. Era horrible, peor que una mariconada, una mariconada pasada de moda, ja, ja. Era un sonido decrépito, desagradable y mal ecualizado. Tocaban el riff de "Soul Kitchen" una y otra vez, esperando a que el cantante se dignase a salir.


Por fin, Morrison apareció contoneándose sobre el escenario, muy sensual. Tenía una pinta increíble. Me recordaba a Hey Lamarr en Sansón y Dalila, porque llevaba el pelo rizado con bucles hollywoodienses, de color negro azulado, brillante. Tenía un pelo precioso.


Tenía los ojos grandes, casi negros, con las pupilas totalmente dilatadas, era obvio que debía haber tomado algo o quizás fue la emoción, sí claro. Iba muy bien vestido, todo de cuero negro, botas de fieltro y camisa de farbalanes,y se inclinaba hacia delante como diciendo, "Voy a cantar, pero todavía no...".


Y los típicos chicos americanos pensaban, "¿Quién es este maricón?".


Cuando Morrison abrió la boca, empezó a cantar en falsete. Cantaba como Betty Boop, sin querer poner una voz normal. Se acercaban al final de la canción y de pronto pararon. Morrison le dijo al guitarrista, "Eh, tío, toquemos ésa...". Creo que debía ser "Love Me Two Times", que estuvo genial. Hasta que Morrison volvió a poner voz de Betty Boop.


Básicamente el concierto fue así. Yo estaba muy excitado. Me encantó el antagonismo,que se estuviera cachondeando del público. Era todo gente de las fraternidades, matones del equipo de fútbol americano, los futuros líderes de América; los que ahora son las estrellas del rock americanas; y Morrison no sólo se reía de ellos, sino que los tenía hipnotizados. Yo estaba con la chica que había venido conmigo encima de mis hombros, y pensando "¡Esto es genial!".

El concierto duró apenas quince o veinte minutos; tuvieron que sacar a Morrison del escenario y llevárselo rápidamente, porque la gente iba a atacarle. Me causó gran impresión. Entonces pensé, "¡Qué malos son, y son número uno en todo el país! Si este tío puede, yo también. Y tengo que hacerlo ahora. No puedo esperar más".